Bebecito...

..hoy estarías entre mis brazos, estarías aquí junto a papá y mamá, en nuestro hogar, tu hogar. Todo pasó tan rápido que jamás te olvidaré, te concibimos con tanto amor e ilición bebé.

La llegada de tu vida a la nuestra habla de la fidelidad de Dios a la petición que guardamos en nuestros corazones, fue maravilloso cuando supimos de tu existencia, muchas personas también se alegraron al saberte, fuiste tan amado hijito.

Sin embargo, nuestro Dios tenía sus propósitos para con tu vida, como para con la nuestra.

Fue un peregrinaje que con la ayuda de Dios y tomados de su mano caminamos juntos, momentos de felicidad, tristeza y tantas esperanzas. Creemos que nada escapo de las poderosas manos de nuestro creador, todo aquel trimestre ha sido único, con el transcurrir del tiempo lo vamos comprobando porque tomamos tu valentía para esforzarnos hasta hoy.

No fue nada fácil cuando nos enteramos que habías partido a la presencia de Dios, menos lo fue cuando tuvimos que desprendernos de tu cuerpecito ...luchaste hasta el final, asi como nosotros!!! Y en todo momento Dios nos acompañó, sus fuerzas corrieron hacia nosotros para levantarnos, mostrándonos el legado que por medio de su hijo Jesucristo nos dejó: "su paz" acompañado de su infinito amor, la cual nos sirvieron para continuar.

Te seguiremos amando, es decir, al recordarte amamos aquel trimestre, contigo hemos experimentado tan pronto en todo sentido la dicha de ser padres. GRACIAS A DIOS.

A esta fuerte experiencia llena de amor en el fondo, la han llamado:

¡Una batalla de amor!

"Sin mancha alguna nuestro valiente bebecito descanza en los brazos de Dios"

 

"Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento,

guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús".

Filipenses 4:7

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‎"Quién mejor que aquel que ha sentido en carne propia una herida, puede curar tan suavemente la misma en otro".